Ayer no hubo figuras. Estaban en Madrid, sí, pero por Las Ventas ni se acercaron. Pero fue la que, para mí, ha sido la corrida más emocionante de lo que va de feria. De largo.
¿Que por qué? Pues porque hubo toros. Y tres toreros delante.
Me encanta el nuevo rol que ha adquirido Ferrera. Hace cosas raras a veces en banderillas, pero lo compensa con unos muletazos muy propios. Y cuida la lidia, que siempre es de agradecer. Una oreja.
Javier Castaño, con un corte más que desagradable en la mano, dio una vuelta al ruedo en el sexto. Para mí, el toro de la corrida.
Creo que a Alberto ayer le salieron justo los dos toros que, en el momento en el que está, menos le pueden servir.
Ojalá un cuarto de las tardes que tiene San Isidro fueran tan interesantes, o emocionantes, o lo que fuera la tarde de ayer. Así Falcao tendría más difícil irse del Atleti.
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